Columna 117: Acción con mayúsculas
Una semana de reposo, el estreno de xXx 2 : Estado de emergencia (2005) y otras tres cintas interesantes, fuera de lo común, la primera es Exils (2004) de Tony Gatlif, que obtuvo el premio a la mejor dirección en el festival internacional de cine de Gijón. Por otro lado llegará Heroína (2005), un filme sobre la lucha de las madres de la droga en la Galicia de los años 80.
Con Exils un día comienza el viaje, Zano (Romain Duris) sugiere una idea loca a su compañera Naïma (Lubna Azabal): un viaje a través de Francia y España hasta Argelia, para conocer la tierra que una vez sus padres tuvieron que abandonar. Emprenden el camino únicamente con la música como equipaje. Enamorados de su libertad, dejan que el tiempo pase, antes de que finalmente decidan cruzar el Mediterráneo. Zano y Naïma reconstruyen así, al revés, la trayectoria del exilio. Imprescindible, la música, los lugares. Con Heroína en la década de 1980, Pilar (Adriana Ozores), una mujer corriente, casada, en torno a los cuarenta años, descubre que uno de sus tres hijos es adicto a la heroína. Después de un período inicial de incertidumbre, Pilar entra en contacto con otros padres en situación similar que acuden a un precario centro municipal de ayuda al toxicómano, pero pronto se da cuenta de que son muchas las cosas que tienen que cambiar fuera y dentro de casa para que su hijo se pueda salvar. Así nace su deseo de hacer algo más que lamentarse y emprende junto con otros padres, pero, sobre todo, madres, un viaje de denuncia del narcotráfico en Galicia. En Hormigas en la boca (2005), situada en la Cuba de 1958, se narra la historia de Martín, un español de treinta y tantos años con un pasado de compromiso político a sus espaldas. Martín ha pasado ocho años en una cárcel española después de ser sorprendido por la policía en pleno asalto a un banco. Al recuperar su libertad, viaja a La Habana para buscar a Julia (Ariadna Gil), que fue su compañera ideológica y sentimental y consiguió escapar. Encontrar a Julia ocho años después no es tarea fácil para Martín. La Habana en 1958 es una ciudad en plena convulsión política: los adeptos al régimen del General Batista se resisten desesperadamente a perder su poder. En su intento, chocan frontalmente con los guerrilleros que tejen en las sombras una red de colaboradores capaz de desestabilizar la sociedad. Y finalmente vuelve Gibbons en XXX 2, el experto en artefactos Toby Lee, escapa a un ataque mortal por parte de unos asaltantes desconocidos en el centro de operaciones encubierto XXX de la ASN. Gibbons sospecha que los asesinos han sido enviados por una facción secreta radical dentro del gobierno y busca a un nuevo agente para eliminarlos. Esta vez, Gibbons quiere un militar bien entrenado y con experiencia y que dé credibilidad en la calle, que pueda descubrir la fuente de la insurgencia desde dentro. Desafortunadamente, el hombre perfecto para el trabajo está en prisión. Él es Darius Stone (Ice Cube) y actualmente se encuentra bajo vigilancia en una prisión. Gibbons ayuda a Stone en la peligrosa fuga de la prisión y le convence para convertirse en el nuevo agente que detenga el asalto al gobierno de los Estados Unidos.
Con Exils un día comienza el viaje, Zano (Romain Duris) sugiere una idea loca a su compañera Naïma (Lubna Azabal): un viaje a través de Francia y España hasta Argelia, para conocer la tierra que una vez sus padres tuvieron que abandonar. Emprenden el camino únicamente con la música como equipaje. Enamorados de su libertad, dejan que el tiempo pase, antes de que finalmente decidan cruzar el Mediterráneo. Zano y Naïma reconstruyen así, al revés, la trayectoria del exilio. Imprescindible, la música, los lugares. Con Heroína en la década de 1980, Pilar (Adriana Ozores), una mujer corriente, casada, en torno a los cuarenta años, descubre que uno de sus tres hijos es adicto a la heroína. Después de un período inicial de incertidumbre, Pilar entra en contacto con otros padres en situación similar que acuden a un precario centro municipal de ayuda al toxicómano, pero pronto se da cuenta de que son muchas las cosas que tienen que cambiar fuera y dentro de casa para que su hijo se pueda salvar. Así nace su deseo de hacer algo más que lamentarse y emprende junto con otros padres, pero, sobre todo, madres, un viaje de denuncia del narcotráfico en Galicia. En Hormigas en la boca (2005), situada en la Cuba de 1958, se narra la historia de Martín, un español de treinta y tantos años con un pasado de compromiso político a sus espaldas. Martín ha pasado ocho años en una cárcel española después de ser sorprendido por la policía en pleno asalto a un banco. Al recuperar su libertad, viaja a La Habana para buscar a Julia (Ariadna Gil), que fue su compañera ideológica y sentimental y consiguió escapar. Encontrar a Julia ocho años después no es tarea fácil para Martín. La Habana en 1958 es una ciudad en plena convulsión política: los adeptos al régimen del General Batista se resisten desesperadamente a perder su poder. En su intento, chocan frontalmente con los guerrilleros que tejen en las sombras una red de colaboradores capaz de desestabilizar la sociedad. Y finalmente vuelve Gibbons en XXX 2, el experto en artefactos Toby Lee, escapa a un ataque mortal por parte de unos asaltantes desconocidos en el centro de operaciones encubierto XXX de la ASN. Gibbons sospecha que los asesinos han sido enviados por una facción secreta radical dentro del gobierno y busca a un nuevo agente para eliminarlos. Esta vez, Gibbons quiere un militar bien entrenado y con experiencia y que dé credibilidad en la calle, que pueda descubrir la fuente de la insurgencia desde dentro. Desafortunadamente, el hombre perfecto para el trabajo está en prisión. Él es Darius Stone (Ice Cube) y actualmente se encuentra bajo vigilancia en una prisión. Gibbons ayuda a Stone en la peligrosa fuga de la prisión y le convence para convertirse en el nuevo agente que detenga el asalto al gobierno de los Estados Unidos.
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