Columna 118: Vuelven las cruzadas
Las cruzadas llegan de la Mano de Ridley Scott, con El Reino de los Cielos (2005) donde Godofredo de Ibelin (Liam Neeson), caballero reconocido por el rey de Jerusalén y comprometido con el mantenimiento de la paz en Tierra Santa, emprende la búsqueda de su hijo ilegítimo, Balian (Orlando Bloom), joven herrero francés que llora la pérdida de su mujer y su hijo. Balian cede ante su dolor y se une a Godofredo en su misión sagrada. Tras la muerte de su padre, hereda su tierra y su título en Jerusalén, ciudad en la que los cristianos, musulmanes y judíos han conseguido alcanzar una convivencia pacífica durante la tregua entre la 2ª y 3ª Cruzada. Nos encontramos en el año 1186. Con una integridad inquebrantable y bajo noble juramento, Balian se encuentra en una nueva tierra, sirviendo a un rey condenado y atraído por la enigmática hermana de éste, la princesa Sibylla (Eva Green). Allí, en Jerusalén se convertirá en el más heroico y honorable de los caballeros y tendrá que proteger a su pueblo de las fuerzas opresoras. Y finalmente llega a nuestros cines Heroína (2005) que muestra la cruda lucha que tuvo lugar en Galicia durante la década de los 80, Pilar (Adriana Ozores), una mujer corriente, casada, en torno a los cuarenta años, descubre que uno de sus tres hijos es adicto a la heroína. Después de un período inicial de incertidumbre, Pilar entra en contacto con otros padres en situación similar que acuden a un precario centro municipal de ayuda al toxicómano, pero pronto se da cuenta de que son muchas las cosas que tienen que cambiar fuera y dentro de casa para que su hijo se pueda salvar. Así nace su deseo de hacer algo más que lamentarse y emprende junto con otros padres, pero, sobre todo, madres, un arduo viaje de denuncia del narcotráfico en Galicia. Y después de pasar sin pena ni gloria por las salas americanas y no gustar a la critica. Mr. 3000 (2004), A Stan Ross (Bernie Mac) le encantaba jugar al béisbol y lo hacía con pasión, energía, entregando hasta la última gota de su talento innato. Pero en el camino, la fama se le subió a la cabeza. La egocéntrica estrella terminó su carrera prematuramente, sorprendiendo a sus compañeros de equipo al retirarse egoístamente en medio de la temporada, después de conseguir su hit número 3.000, los que se necesitan para conseguir una placa en el Hall of Fame del béisbol. Diez años después, descalifican tres de los hit de Mr. 3.000 y este holgazán de 47 años y desentrenado intenta regresar. Se apunta al gimnasio y se enfrenta a pitchers a los que dobla la edad y descubre que los hits ya no son tan fáciles de conseguir como antes. A los medios de comunicación les encanta meterse con el jugador y disfrutan despedazándolo cada vez que hace un strikeout. Mientras esperamos la llegada de las guerras Clon, XXX 2 se muestra imparable y esta subiendo imparable dentro del ranking de nuestra cartelera.
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